diciembre 01, 2019

Internado Cap. I

 Un sueño idílico 




Cunaco,  abril de 1970




—Vilma ¿Cómo te fue con Jack anoche? –  dice Pamela con cierta picardía en la voz 
— A puesto que te gustó – dijo Minerva – ¡cuéntanos!
— ¡Ay está bien! Les contaré – Vilma se sonroja, siempre lo hace al contar esta clase de infidencias –  Fuimos a su casa y como no había nadie entonces nos pusimos a comer unas pizzas viendo películas

Vilma ya no nada más de nerviosa y parecía un tomate, y mientras que todas se reían a carcajadas, Minerva en medio del cotilleo cambió su rostro de risueño poniendo sus ojitos llenos de ilusión dándole luz a la noche más oscura, solo por verlo pasar con un andar rápido por el pasillo, a un costado de ellas; con su acostumbrado café en vaso de plumavit y su bolso negro colgado al hombro.


— Buenos días señoritas –  las saludó haciéndoles una venía sin detenerse y Minerva se le quedó viendo hasta que se le desenfocó la vista

Metro ochenta, piel blanca, cabello negro, liso; ojos marrones, y sus gafas ópticas le cubren como un antifaz transparente la mitad del rostro .

— Minerva ... – la niña no prestaba oídos – ¡Minerva cierra la boca!
— ¡Despierta mujer! –  Pamela la zamarreo
— ¡Ay!
—¡Cierra la boca, pava! – le dijo Vilma burlándose de su cara embobada
—¡Ya perdón! Pero me va a decir a caso que soy la única que encuentra rico a Miguel?
—¡¿Cómo te gusta Miguel?! –  escandalizo Sonia al darse cuenta que no era la única a la que le gustaba el profesor de Filosofía
—¿Y qué tiene? – dijo la muchacha encogiéndose de hombros 
— No es feo, pero.... ¡ay Mine ¿cómo te puede gustar?! – ´preguntó Vilma con una cara de espanto y curiosidad.

Sonia le dio un fuerte codazo muy poco disimulado para que guardara silencio. Pero Vilma le hizo poco caso al ver que desde el mismo lado de donde vino Miguel, hizo su aparición Míster Cristian:  Metro setenta y cinco, piel blanca, cabeza rapada, ojos azulados y de contextura delgada.

—¿ Qué me decías Vilma? – le dijo entonces burlesca Minerva

Vilma se sonrojó por completo.

 — Ustedes no tienen remedio cabras  – afirma Pamela riendo
 —Son unas locas – Sonia mueve la cabeza negativamente
 —¿Quien me acompaña al baño?
 —Yo voy Pame, quiero comprar un dulce
 —Entonces nosotras te las esperamos aquí , – dice Minerva – Pame tráeme un café, me dió frío


Tiempo después tocan el timbre para la próxima clase de Historia y Sonia se levanta de la banca para entrar a la sala, y al ver que Mine ni se inmuta...

—¿Te vas a quedar?
—Las chiquillas no han llegado
—¡Pero la profesora ya entró! – Sonia miraba con terror la puerta que se cerraba tras una mujer.

Odiaba llegar tarde

— Lo siento, voy a entrar – Sonia corrió mientras Mine la miraba con mueca de sarcasmo

"¡vaya amiguita esta!" 

— ¿Y la Sonia? – la voz de Vilma es extremadamente bajita
— En la sala –  afirmó Mine con voz de sin importancia, le importaba más su café  –  ¡Oh Pame qué esta rico!
— ¿Ya tocaron? –  Vilma entró a preocuparse en serio y corre en dirección a la sala
— ¡Otra más,,,! –  exclama Minerva como dando por vencida la esperanza que cambien

Pame se sienta al lado de su mejor amiga y se toma su juguito como si aún fuera tiempo libre...

—  Oye Mine ¿Y de verdad te gusta?
— Si niña, me gusta y mucho..... –  la niña baja la cabeza y toma su café con las dos manos
—Espero que el Esteban esté copiando todo – Pame la quiere distraer, sabe que se pone mal al recordarlo
— Jaja, esperemos.












Alengüei Kayún 




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