Flechazo de miradas
Mediados de Mayo
— Oye Sonia y ¿cuando nos vas a presentar a tu novio? – dice Esteban con una voz picarona
— ¡Cállate imbécil! – roja como un tomate se levanta de golpe para irse encima de Esteban y golpearlo
Todas las demás se echaron a reír a viva voz y tanto fue el escándalo que un grupo que jugaba cerca de ellos, del otro curso, los quedaron mirando
— ¡Sonia mira! Allá está tu novio – le gritó Esteban a todo pulmón apuntando al gordito de gafas cuadras que hablaba con el chico alto
Las risas se hicieron más fuertes hasta que los dos niños voltearon a ver. Sonia roja y Minerva por vez primera se encontró con aquellos ojitos azules. Detrás de Esteban se escondía una niña que se movía despacio y éste sonrió al verla y ella también sonrió antes de perderse hacia las habitaciones.
—¡Yo sé dónde está! – burlón Cuty, ahora apodado el tallarin – le dijo al gordito de gafas cuadradas
—¡Dime, dime! – dice el gordito quejándose, no se sabe si por el cansancio de buscarla o porque en verdad la quería besar.
Le importaba bien poco perder la prenda que había empeñado.
— Usted búsquela, usted es el interesado, yo no . – el tallarín se reía
Mientras que Barbara se escondía en unas jardineras tras la espalda de Esteban. Sonia se ponía colorada como un tomatito, las muchachas se reían; Cuty y Mine se cruzaron las miradas, Sonia el gordito también y Esteban con Barbara también. Y entonces a Pamela se le hizo el click al ver tanto cruce de miradas.
— Esteban, tengo una idea, ¿ves el grupo de allá? Con Vilma queremos conocerlos
—¿Yo con quien? – Vilma exclamo completamente perdida pero Pamela le da un punta pie
Minerva se echo a reír, Sonia no entendía nada, Vilma se sobaba su pie y Esteban miraba por encima de Pamela como corría Barbara.
—¿Que tienes en mente Pame? – Esteban le gustaba la idea ya que sería entretenido volver a verla
—¿Les parece si esta noche nos escapamos? – Pame se oía decidida.
—¡Estas loca! – Sonia como siempre poniendo el grito en el cielo
—Sonia te conviene – le dice Esteban con los ojitos llenos de picardía
Se puso roja como un tomate y volvieron a reír.
Tocaron el timbre y Sonia se levantó como un resorte, la inspectora se comenzaba a pasear como perro ovejero arreando el ganado a clases.
— Vilma, vamos a clases – Sonia le toma el brazo
— ¡Hem! no – dice mirando el celular – quiero ir a encontrarme con mi novio
A Sonia se le prendieron los ojitos como chispas, la envidia se la comía por dentro, y levantándose brusca se fue en dirección a los salones de clases y sin querer chocó con el gordito de gafas cuadras haciendo que manchara su falda con chocolate del helado.
— Fíjate por donde caminas gordo! – le gritó enfurecida la niña presa de la ira
El gordito de gafas cuadras no vio quien lo había empujado haciéndolo caer a una de las jardineras del patio y quebrando así sus gafas cuadras.
Por los pasillos del internado iban muy amenos conversando todos acerca del gran evento que se iba a ser al día siguiente por motivo de la fiesta de la madre. La mayoría de los niños se encontrarían con sus padres casi un mes de las vacaciones de invierno
Al llegar las veinte horas las niñas se reunían en el casino para lo que iban a hacer al dar la media noche, todo esto claro que en secreto ya que no estaba permitido deambular a esas horas por el establecimiento
por Alengüei Kayun
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