Vivíamos juntos, yo era sus ojos, él el primer hombre que conoci... mi papá, pero después de los 9 nunca más le dije así, esa vez salimos a dar una vuelta, un poco más al frente estaban construyendo una noria pero no había enrejado que avisara del peligro. Cuando dí el paso, lo dí mal: las tablas sobrepuestas cayeron dejándome el pie atrapado. Caí al suelo, varia gente tratando de zafarse sin lograrlo
— ¡Es inútil!
—¡Está fracturada!
—La única manera es que se meta a la noria de cuerpo entero para luego poder sacarla
Unos hombres daban sus crudas opiniones cuando escuché la voz mágica
— Cálmate mi niña, respira
Pero ya no podía más, sentía desvanecerme. Se me acercaba la hora. Me tomó en sus brazos de la cintura para arriba.
— Mirame, abre los ojos. María Teresa, por favor no te vayas, no...Maria Teresa mirame
no cierres los ojos, Marité
Ese "Mirame" lo susurró. Sentí algo en el tobillo
Lo siento Aroldo
Cerré los ojos y dejé de respirar, ya no podía seguir allí. Lo siguiente fue negro. Desperté con los ojos bien abiertos y con la boca abierta tomando todo el aire que podia tomar. Fue la primera vez que morí. Eran las siete am
por Alengüei Kayun
3 comentarios:
OOOOOOOHHHHHH!!!!! ME EMOCIONE CON ESTE CUENTO ES MUY LINDA LA HISTORIA
Gracias anonimo... espero que te guste mi rinconcito....
Siento que la muerte en el cuento, más que una muerte física y trágica, es la muerte de un sentimiento, algo que evidencia un cambio, un antes y después de los 9 años en el que ya deja de verlo como un padre. Por eso fue la primera vez que murió, la primera vez que mató su sentir.
Paula Cayún
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