Era inútil seguir durmiendo, Rosa estaba ya en su quinto sueño y no creí justo pensar estas cosas estando a su lado. Por lo que fui por un cigarrillo y salí... necesitaba algo de oxigeno. Ya el gabán no lo tenía, así que me puse la chaqueta de cuero. Luego de encender el pequeño tubo tabaquero salí de la casa. Recuerdo que ese gabán se lo dí a una niñita... la misma que me estaba quitando el sueño aquella noche. La recuerdo en particular, no como era; sino, por lo que era.
A Rosa nunca le conté de estos recuerdos que ahora me espantan los sueños.
Caminando decidí entrar a un bar, a esa niña le hubiera encantado entablar una conversación en uno de estos... ¿qué será de ella?, ¿andará trayendo mi gabán?. Haciéndome estas preguntas al tabernero le pedí un vodka; a decir verdad no me veo sin unos de estos en estos momento. Estando ahí me lo tomé y como era de esperarse: los recuerdos se fueron solidificando.
Jamás me había acordado de aquella niña hasta ahora... recuerdo que un día le llamé la atención por que casi le pasa algo grave. La tomé por los hombros, esa vez junto a la escalera metálica azul, mientras le día que ¡¿Cómo se le ocurría hacer esas cosas tan estúpidas?! que acaso conciencia no tenía. Se aferró de mis brazos ya que casi se cae, resbalándose... perdió el equilibrio y entonces sus ojos se cristalizaron. Fue la primera vez que la vi llorar. No pude sostener más mi postura de enfadado y recibiéndola en mis brazos la calmé.
Recordando esto pagué la cuenta y salí: estaba clara la noche, estrellada con luna llena, hacía frío y esta húmedo. No quería ponerme a pensar en lo que diría Rosa si no me encontraba a su lado.
Era cuatro de Diciembre, día que queda en el memorándum. La verdad no me gusta el beston, me trae malas memorias; pero si me pude disfrazar de camisa y pantalón de vestir. Era una ceremonia importante, la despedida de un ciclo ... bastante jodido diría yo... Entre las mesas estaba sentada la niña: igual que todos los días pero algo en ella había cambiado. Sus ojos estaban nuevamente cristalinos y era por antes de tiempo. Me miraba con una cara de pena horrible, que creo no se le iba a pasar en años. Realmente esa niña no quería despedirse. Recuerdo sentirme observado todo el tiempo por ese par de pocitas de agua apunto de desbordarse.
Ya cuando todo acabo, ella.., que en los últimos seis meses no paraba de estar atrás mio... de dejarme flores en mi banco, de esperarme para hacer preguntas, incluso repetidas; no fue capaz de hacerme la última pregunta. Cero la más importante. Salí pues del Instituto cuando el portero me entregó algo. Era una flor con una nota, era la última flor la última nota de aquella niña en la que dibujaba unos anteojos... que ambos usamos.. -no sé si ella- ahora.
Mientras avanzaba comenzaba a chispear así que apresuré el paso, siempre camino rápido y esta vez no era la excepción. En dirección contraria a mi venia una mujer... ¡Momento! Me detuve, gire...
Es era mi gabán
por Alengüei Kayun
2 comentarios:
muy buena me gusto mucho.. eres interesante sabes
=) gracias
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