Capitulo I
Casi a un año del matrimonio de Yeshua con Luciano vuelven a tocar las fanfarreas anunciando el primer aniversario de La escuelita de los Jodedores" en donde han pasado muchos acontecimientos buenos, malos e inesperados. Una de las cosas que mas recuerdo es que Angie fue expulsada de la escuela por tener problemas con su compañera, y en ese entonces mejor amiga, Belinda, quien defendió a muerte a Emiliano, quien lo consideraba como su hermano.
Sin embargo todos los roces y problemas que se sostuvieron durante el año, hoy se desvanecen entre risas, recuerdos nostalgias, festines y una que otra sorpresa habida y por haber. Esa mañana Angie se levantó muy emocionada y un poco atarantada caminó por el pasillo de la casa casi dejando caer un florero color violeta que tanto adoraba su madre.
— ¡Angie ten cuidado! – Minerva se apresura para afirmar a su hija y al florero
— ¿Mamá tú crees que todo me saldrá bien hoy, verdad?
— ¡Claro que si mi chiquititia bella! – le dice su madre estrechándola dulcemente en los brazos
Aquella mañana ambas tomaron un rico desayuno. y se prepararon para sus actividades diarias
— ¿Cuál te vas a poner?
— El azul, ese que me queda bien ajustadito – le dice Angie con una mirada traviesa
Minerva la mira por encima de los anteojos, a sus 45 años los necesita bastante.
—¡Mucho cuidadito! – Minerva hace el ademan de dar una paliza con la mano, y al mismo tiempo no aguanta la risa por hacer esa referencia a Alengüei, la anciana que jamás conoció Angie.
— ¿Y tú cual vas a llevar? – ambas se ríen porque Angie se sabe todas las historias de la mujer que crio a su madre
— ¡El rojo! Tu padre cuando me vio con uno igual a este casi se desmaya, y la mujer que estaba con él en ese ese entonces derramo su bebida por que él le cayó encima al querer caminar y se tropezó con esos tacones de garza de la mujer
— ¿Crees que esta noche vaya y se vuelva a tropezar al verte?
— Hija mía
Minerva le toca el hombre izquierdo izquierdo con la mano derecha, mierandola de frente.
— Tu padre va a ese bar todos los Santos Viernes, de su vida Con o sin mi – esta última oración la recalcó mas en su mente que en voz alta recordando la última vez que lo vió a solas.
Tú serás feliz, con o sin mi
— ¿Mamá?
Pero Minerva se quedó pensando en Emilio y una lágrima le redó por sus mejillas
— Mamita
Angie le tocó el hombro izquierdo con la mano derecha muy suave para sacarla de su encimismación.
— ¿Se encuentra bien?
— Si, por supuesto que si, ¡Bueno, alistemonos por que no quiero que llegues tarde a tu ceremonia
— Aniversario
— Eso mismo, ya, ya a moverse. No me mires así si te digo que estoy bien Gitanita
— Bueno Gitana
Angie tomo sus cosas y el bolso en el que llevaba el vestido, los zapatos de tacón, no estilo garza, y su maquillaje. Su madre la vio salir sonriendo con nostalgia y llena de emoción
"Al menos Emilio me regalo lo más hermoso en la vida
¿Cierto que si te lo dio? Y realmente es algo inigualable
A si es.... pero tú no me cuidaste. y ahora que lo pienso, tú debiste de conocer a la madre de Belinda, los dos hubieran sido la pareja perfecta.
La perfección no existe señorita, por eso yo la conocí a usted y la madre de Belinda a tu querido Emilio."
Ya en la Escuelita Angie se encuentra con Tere: su compañera y mejor amiga, Una niña un tanto tímida, reserva a y de un corazón tan grande como su apariencia.
— Hola! cómo estas?
— ¡Excelente! – Angie contestaba siempre lo mismo aunque se la estuviera llevando La Calaca
— Que bueno por que ya esta aquí Belinda
— ¡Coño´e´lamare!
— Y no se despega de su hermanito
—¡Que se joda! Yo vine a pasarla bien y no a amargarme con pendejas
Estaban en lo mejor de la conversación cuando unas manos frías le tocan los ojos a Angie, quien, igual que su madre, brinca de un salto de susto mientras que Tere se ríe pidiendo disculpas
— ¡Hablen cloro! ¿de qué se habla? Estoy azul
— De los recién llegados
—¿Quien llegó?
— Belinda con Emiliano
— ¡La estrella estrellada! Fino
Pero Minerva se quedó pensando en Emilio y una lágrima le redó por sus mejillas
— Mamita
Angie le tocó el hombro izquierdo con la mano derecha muy suave para sacarla de su encimismación.
— ¿Se encuentra bien?
— Si, por supuesto que si, ¡Bueno, alistemonos por que no quiero que llegues tarde a tu ceremonia
— Aniversario
— Eso mismo, ya, ya a moverse. No me mires así si te digo que estoy bien Gitanita
— Bueno Gitana
Angie tomo sus cosas y el bolso en el que llevaba el vestido, los zapatos de tacón, no estilo garza, y su maquillaje. Su madre la vio salir sonriendo con nostalgia y llena de emoción
"Al menos Emilio me regalo lo más hermoso en la vida
¿Cierto que si te lo dio? Y realmente es algo inigualable
A si es.... pero tú no me cuidaste. y ahora que lo pienso, tú debiste de conocer a la madre de Belinda, los dos hubieran sido la pareja perfecta.
La perfección no existe señorita, por eso yo la conocí a usted y la madre de Belinda a tu querido Emilio."
Ya en la Escuelita Angie se encuentra con Tere: su compañera y mejor amiga, Una niña un tanto tímida, reserva a y de un corazón tan grande como su apariencia.
— Hola! cómo estas?
— ¡Excelente! – Angie contestaba siempre lo mismo aunque se la estuviera llevando La Calaca
— Que bueno por que ya esta aquí Belinda
— ¡Coño´e´lamare!
— Y no se despega de su hermanito
—¡Que se joda! Yo vine a pasarla bien y no a amargarme con pendejas
Estaban en lo mejor de la conversación cuando unas manos frías le tocan los ojos a Angie, quien, igual que su madre, brinca de un salto de susto mientras que Tere se ríe pidiendo disculpas
— ¡Hablen cloro! ¿de qué se habla? Estoy azul
— De los recién llegados
—¿Quien llegó?
— Belinda con Emiliano
— ¡La estrella estrellada! Fino
Yeshua fue a saludar a Belinda y a su compañero. mientras que Angie se quedó con Tere y otras dos niñas mas que llegaron
— Natasha hola, que bueno vete
—Hola muchachos, bendiciones ¿Qué andan haciendo?
— Muy bien aquí preparándonos para la fiesta
Angie fue a la cocina por un tequila doble, era inevitable la sangre mexicana que corre por sus venas
— Natasha hola, que bueno vete
—Hola muchachos, bendiciones ¿Qué andan haciendo?
— Muy bien aquí preparándonos para la fiesta
Angie fue a la cocina por un tequila doble, era inevitable la sangre mexicana que corre por sus venas
Alengüei Kayún
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