— Emilio por favor, no le grites a la niña. Deja que nos explique.
— ¡Gelga no te metas.... Por.. Favor!
— ¿Pero Emilio?
— Déjelo mamá. - y mirándolo a los ojos- deje que grite todo lo que quiera. Ya no puede hacerme nada más de lo que ya me ha hecho
Antonia sin dejar de mirar a los ojos de su padre, recoge su morral y se marcha
— ¿A dónde crees que vas?.... ¡Antonia!
La puerta se cerró tras de ella de un solo golpe dejando a Emilio con la palabra en la boca y su buena madre Gelga con una mano cruzada en el vientre y con la otra en la boca negando con la cabeza.
Emilio salió enfurecido tras su hija, pero ésta ya no estaba
— ¿A dónde fue la Antonia? - Emilio le preguntó a Paula que era la amiga de Antonia y última que la vio salir
— No sé don Emilio, tomó el caballo y se fue con rumbo al bosque...
— Siempre hace lo mismo esta chiquilla de mierda! ¿Qué tanto hará en ese maldito bosque!
Paula lo miró pensando que su amiga desde niña no encontró mejor lugar para esconderse cuando se sentía presionada...
Antonia se fue a caballo rumbo al bosque, ya una vez en el interior se bajo del caballo empezó a caminar con la rienda en la mano y el caballo caminando a su lado. No quería volver a su casa.
Un hombre tomaba fotografías en otro lado del bosque. Era contador y estaba ahí de vacaciones tomando fotografías para el recuerdo. Tan concentrado estaba en esta tarea, que no se dio cuenta que en el siguiente paso había un vacío, dio el paso y como consecuencia se cayó de una pequeña loma de piedra cayendo al suelo inconsciente.
Antonia que caminaba aparente sin rumbo levantó su cabeza y vió a lo lejos algo externo al bosque, se acerco y a medida que lo hacía se dio cuenta que un hombre se había caído del barranco y estaba inconsciente. dejo la rienda, se agacho, lo examinó, le desabrocho la camisa, se percató si aún respira. Lo hacia, pero muy débil. Posteriormente lo subió al caballo y lo llevo a una fuente ubicada en el claro del bosque. Aquí lo sumergió, apoyando la cabeza en su brazo, le tapó la nariz hundiéndolo brevemente con el fin de refrescarlo. Ya respiraba mejor, en la caída se había goleado uno de sus pulmones y se había hecho una que otra herida y rasmillón.
Una vez ya en la cabaña el hombre despertó en una cama tapado con una frazada, vió que frente a él y dada de espaldas una mujer joven alimentaba el fuego de la chimenea.
— ¿Qué me pasó?
— Te has caído - entonces el hombre se toca el pecho y a ver que su cuerpo estaba cubierto por vendas se sorprendido
— ¿Y mi ropa?
— Se esta secando - el hombre la mira extrañado
— Tranquilo, soy enfermera- él se sonríe.
— ¿Qué lugar es éste?
— Tañi ruka - dijo ella en otro idioma
— ¿Perdón? - el hombre no logró entender.
— Mi refugio.
— Am ya entiendo. - el hombre de pronto se incorpora raudamente de la cama -¡Debo irme!
— Si quieres mojarte...
El hombre mira por la ventana y ve que efectivamente esta lloviendo y resignado vuelve a acostarse
— ¿Cómo te llamas?
— Antonia, ¿y tú?
— Diego. ¿Puedo decir, cuando llegue a la capital, que me ha rescatado la mujer mas hermosa de este lugar?
Ella sonrrié agachando la cabeza...
— Como quieras.
Hubo silencio y luego de un rato Diego se da cuenta que solo hay una sola cama
— ¿Dónde vas a dormir?
— Aquí.
A la mañana siguiente Antonia al despertar, ya Diego no estaba, sin embargo en su lugar se encontró con un collar de plata con un símbolo grabado.
Antonia que caminaba aparente sin rumbo levantó su cabeza y vió a lo lejos algo externo al bosque, se acerco y a medida que lo hacía se dio cuenta que un hombre se había caído del barranco y estaba inconsciente. dejo la rienda, se agacho, lo examinó, le desabrocho la camisa, se percató si aún respira. Lo hacia, pero muy débil. Posteriormente lo subió al caballo y lo llevo a una fuente ubicada en el claro del bosque. Aquí lo sumergió, apoyando la cabeza en su brazo, le tapó la nariz hundiéndolo brevemente con el fin de refrescarlo. Ya respiraba mejor, en la caída se había goleado uno de sus pulmones y se había hecho una que otra herida y rasmillón.
Una vez ya en la cabaña el hombre despertó en una cama tapado con una frazada, vió que frente a él y dada de espaldas una mujer joven alimentaba el fuego de la chimenea.
— ¿Qué me pasó?
— Te has caído - entonces el hombre se toca el pecho y a ver que su cuerpo estaba cubierto por vendas se sorprendido
— ¿Y mi ropa?
— Se esta secando - el hombre la mira extrañado
— Tranquilo, soy enfermera- él se sonríe.
— ¿Qué lugar es éste?
— Tañi ruka - dijo ella en otro idioma
— ¿Perdón? - el hombre no logró entender.
— Mi refugio.
— Am ya entiendo. - el hombre de pronto se incorpora raudamente de la cama -¡Debo irme!
— Si quieres mojarte...
El hombre mira por la ventana y ve que efectivamente esta lloviendo y resignado vuelve a acostarse
— ¿Cómo te llamas?
— Antonia, ¿y tú?
— Diego. ¿Puedo decir, cuando llegue a la capital, que me ha rescatado la mujer mas hermosa de este lugar?
Ella sonrrié agachando la cabeza...
— Como quieras.
Hubo silencio y luego de un rato Diego se da cuenta que solo hay una sola cama
— ¿Dónde vas a dormir?
— Aquí.
A la mañana siguiente Antonia al despertar, ya Diego no estaba, sin embargo en su lugar se encontró con un collar de plata con un símbolo grabado.
Continuará...
2 comentarios:
que lindo escribes, quiero la continuacion ahora ya!!! jajaja
que hermosa historia quiero la otra parte ya!!!!!!!! XD
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