Esa noche no sé por qué me dieron ganas de
salir a caminar, todo oscuro sólo una que otra casa alumbraba la vereda, tenia
ganas de ir a su casa, por eso quizás salí. Abrí la reja, baje los peldaños y
después de cerrarla mee dirigí con rumbo a su casa, en frente de mí por la otra
vereda, dos hombres venían corriendo con antorchas con las cuales y sin
consideración empezaron a quemar las casas una por una, me devolví corriendo
llegue a la casa avise a mi madre, ella prendió las luces y yo salí con mi
hermana con la escopeta.
Al otro día los
fui a ver a ver al hospital, no se lo que lo que les paso, sólo sabía que
estaban fuera de peligro, la enfermera me dijo que estaban el a la misma
habitación que yo estuve cuando sufrí el accidente, mi mamá con mi hermana
fueron conmigo, me esperaron en la sala. El hospital tenia ese particular olor
que me revolvía el estomago era por eso que llevaba conmigo un frasquito de
esencia, mí madre al principio no queso, ella sabia que sentía algo por él, y
no quería que fuera sola, in embargo mi hermana la detuvo con un gesto y
haciendo otro me dijo que me fuera, fue entonces que entre sola en la
habitación, lo vi en la cama y en la otra a su hermano, ambos recuperándose, se
me salía el corazón por la boca cuando lo vi con una túnica y los brazos con
pequeñas, pero profundas heridas, me acerque muy despacito cuando se despertó y
me sonrió, su hermano aun dormía. – Ven – me dijo despacio y con la voz muy
débil, me estregó un papel arrugado que saco de bajo de su almohada y fue ahí cuando
lo abrase, mi madre entro con cara despavorida, me sostuvo del brazo y me saco
a empujones de la habitación, lo único que pude leer de la nota fue “Mi
querida…” por que mi madre me lo arrebato y no supe nada más del papel. En ese
instante me desconsolé llorando y fue mi hermana la que me consoló ya que mi
madre se fue refunfuñando metros más adelante.
Hace pocos días
que los dieron de alta y fueron a la casa, era la hora del almuerzo y faltaban
bebidas porque habían llegado muchos parientes y amigos para ayudarnos en la
minga , me acerque sin que mi madre lo notase a hablar con él para acompañarlo
a comprar ya que a él lo habían mandado, y al ver mi carita que ya me salía una
lágrima, me guiño el ojo, me tomo de la mano fu conmigo a donde mi hermana y
los tres fuimos a comprar no me soltaba la mano, de repente me dice – No
pudiste leer la nota cierto – si – le digo yo – no pude – su mano no me
soltaba, mi hermana se fue adelante por que había divisado a una amiga, creo
que tenia planes porque me hizo una seña con la mano y se fue , yo por mi parte
no me quería devolver, me abraso y yo también.
Alengüei
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