Los viejaños sentados; cada uno en su trono de mimbre: ella hilando Mientras que el matando las moscas junto a las ascuas de un brasero con la tetera hirviendo y el mate listo.
Dentro su hijo mayor durmiendo la siesta en una de las habitaciones mientras que su hija menor en el comedor preparándose un té siempre a medio terminar.
Primer invierno que pasarán los cuatro juntos solos en aquella casa que es su vida.
¿Dije solos? Quizás no, quizás ahora la Casa esté otra vez llena de gente no sabemos quienes fueron y como no vemos; damos por verdad que...
Que no están Que no existen Que han muerto. Y cómo somos tan arrogantes y egocéntricos jamás pensamos en el otro plano de la existencia humana
El frescor de otoño se comienza a sentir en la Casa Grande, el parrón remece sus parras encima de un patio de tierra que aún quiere ser indómito
Alengüei Kayun
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