Olvidado de comer y dormir, queda allí inamovible, mirándose con ansia insaciable, y quejándose a veces de la imposibilidad de realizar su amor, imposibilidad tanto más dolorosa cuanto que el objeto a quién se dirige parece, por todos los signos corresponderle y súplica a quién mira que salga del agua y se le una y, finalmente, da en la cuenta de que se trata no más que de una imagen inasible, y que él mismo mueve el amor por qué es víctima. Anhela entonces apartarse de sí mismo para dejar de amar, y comprende que eso no le es dado, y pretende la muerte, aunque sabe que, al suprimirse, suprimira también a aquel quien ama.
Alengüei Kayún
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