En la isla iban a pescar en una tarde de neblina, estaba tranquila la mar, los peces eran abundantes, uno de los hombres arroja la red a la mar y cuando se recoge los pescadores se alegran por que se siente pesada, cual no fuera sorpresa de todos que junto con coger peses también cogieron a la Pincoya que bajo el mar posee una cola y mientras emerge a la superficie su cola es sustituida por piernas.
Los hombres de mar, con varios años de experiencia sobre las aguas que envolvían la isla, no lo podían creer. ¿Qué ser era ese?, en ese omento la Pincoya se pone de pie y se dispone a hablar, los hombre la escuchan con asombro, mientras que a lo lejos se oye el ruido de las olas.
Se hizo de noche, ya el ocaso desapareció, no hay luna en Chiloé, la Pincoya les dijo, sin mover los labios, que no pueden contar que la encontraron de lo contrario sufrirán desastres. La Pincoya abandono el bote y desaprecio entre la lluvia y la mar.
Pasaron los años, los hombres de aquella noche se volvieron viejos y se retiraron de su oficio, tuvieron hijos t estos los suyos y una noche…
Era tarde y llovía, en la casa se hacían sopaipillas, la cocina a leña ardía, era especial para contar historias, se escuchaban los truenos, la casa relucía con cada relámpago. Ya oscurecía, los niños después de jugar tomaron onces, el abuelo José se mecía en la silla y miraba el fuego de la cocinilla mientras recordaba lo que había pasado hace ya bastantes años.
Después de tomados de onces y sin acordar lo acordado el abuelo decidió narrar lo ocurrido esa noche de invierno, llamo a todos los que estaban y les contó.
A la semana después la profecía se cumplió, cayeron enfermos los hijos y nietos de aquellos que esa noche embarcaron incluyendo al que contó la historia. Cada vez que se embarcaban ellos o sus descendientes no volvían, el Caleuche se los llevaba, hasta que José un día fue al orilla de la playa pidiendo que no siguieran ocurriendo más catástrofes, en ese minuto las aguas se revuelve y emerge de las aguas el mismo ser que encontraron aquella noche.
Ella le dijo si se acordaba de lo que habían acordado, él dijo que después de ver lo que ocurría a sus amigos, su gente y a él se acordó, también pregunto que podía hacer él para parar esta situación, ella le dijo que existe una manera…
El viejito volvió a la casa, hizo todo como de costumbre y se fue a acostar, cerro los ojos y vio la mar, la neblina y el bote, él a la orilla de la playa y en el bote vio a la ninfa acercándose, él se sube y se fueron mar a dentro y ahí los esperaba el Caleuche con todos los que habían desaparecido.
Llovía cada vez más fuerte, el viejito yace muerto en el lecho, velas alumbran el sombrío cuarto y un rayo alumbra por la ventana, un hijo llora la partida de su padre, esa noche nadie durmió, los funerales duraron tres días y tres noches, con mucho frio fue enterrado en el cementerio del pueblo, nadie más hablo del tema y la racha de muertes termino.